martes, 26 de abril de 2011

ALGUNAS REFLEXIONES EXTRA SOBRE LO QUE SIGNIFICA TENER UN PERRO


Chonino fue un perro de la Policía Federal,
que se lanzó en defensa de su guía
que había sido baleado por un sospechoso.
Ambos perdieron la vida, pero detuvieron
al delincuente gracias a que este héroe canino
murió con el bolsillo de la campera en la boca
donde tenía los documentos.
En su homenaje, el 2 de junio
se celebra el Día Nacional del Perro
Tener un perro es una de las vivencias más maravillosas que se puedan experimentar. Es incontable la cantidad de anécdotas, historias, libros, cuentos y películas que relatan historias conmovedoras entre perros y humanos, actos heroicos de perros que hasta han dado su vida por sus dueños o han muerto literalmente de tristeza por estar separados de ellos.


No en vano, ambas especies se han adaptado una a la otra, fortaleciendo el vínculo entre ambas, a lo largo de más de 16 millones de años de evolución. Piensen que para cualquier especie animal, mostrar los dientes significa una amenaza de agresión; sin embargo los perros han aprendido a interpretar la sonrisa del humano como un gesto positivo; cosa que los lobos no hacen, aún compartiendo ADN casi idéntico con los perros.


Ellos siempre tienen amor incondicional para brindarnos; quieren ser parte de nuestra jauría y harían cualquier cosa por no dejar de pertenecer a ella; son nuestros cómplices; nuestros compañeros fieles, siempre querrán estar con nosotros a toda hora y en cualquier lugar (un perro jamás pensaría “necesito un tiempo”…); no son rencorosos, podemos gritarles “¡salí de acá!” que obedecerán y al primer contacto visual vuelven corriendo hacia nosotros moviendo la cola; siempre estarán felices de vernos llegar a casa y lo expresarán saltando con excitación; estarán pendientes de nosotros, nos cuidarán, disfrutarán de nuestros mimos con total entrega y se mostrarán agradecidos de que les demos afecto y alimento cada día.

Desde el día que llegan a casa hasta el día en que cierran sus ojos, vivirán cada día de su vida pensando que su dueño es el mejor del mundo; y el día que se van de nuestras vidas, se llevan una parte maravillosa de nosotros con ellos. Siempre repito una frase de autor anónimo que dice:
“mi meta en la vida es ser una persona tan grandiosa como mi perro cree que soy”.

Como si todo esto fuera poco, para expresar lo fantástico que es compartir nuestras vidas con un perro, está científicamente comprobado que vivir con un perro mejora la salud física y mental de las personas y es una buena compañía para los niños, que así aprenden a relacionarse.

Sólo por citar algunos estudios, la psicóloga Deborah Wells de la Universidad de Queen, en Belfast, afirmó que los dueños de perros, suelen mejorar su estado de salud, dado que tienden a contar con menor presión sanguínea y colesterol. Asegura que las caminatas continuas junto a sus canes, serían parte de la diferencia. Sin embargo, además de la presión sanguínea y el colesterol, los dueños de perros, padecen menos enfermedades. Otro estudio sobre pacientes cardíacos, demostró que los dueños de perros tenían una tasa de mortalidad muchísimo más baja que los que no vivían con perro.

Tal vez sea por eso, que la mayoría de las veces que alguien toma la decisión de llevar un perro a su casa, es el resultado de un acto impulsivo. Algo así como “amor a primera vista”. Lo vio en la vidriera de una veterinaria y se enamoró, lo vio en un comercial de TV y dijo “¡quiero uno así!”, fue a visitar a alguien que su perra había tenido cachorros, le dio ternura y se llevó uno, o lo vio abandonado por ahí y se lo llevó a su casa. 

Hasta ahí venimos bien; llegamos a casa con el cachorrito que es una dulzura y la vida es color de rosa. Pero después, el cachorro hace pis en cualquier lado, mastica todo lo que queda a su alcance, llora, hay que sacarlo a pasear y estamos cansados; nos da culpa dejarlo solo cuando nos vamos a trabajar; no sabemos qué hacer con él cuando nos vamos de viaje, hay que llevarlo a la veterinaria a vacunar, comprar remedios si se enferma, el cachorrito va creciendo y ya no es tan tierno como un peluche… todo eso cuesta TIEMPO y DINERO, entonces, el panorama ya no se ve tan rosa. 

El otro día, conversando con el dueño de otro perro en la plaza, que me dijo que se había comprado un Jack Russell Terrier por capricho, porque lo había visto hace muchos años en la película La Máscara y le había parecido muy gracioso y simpático. Y además, él vive en un departamento pequeño y el Jack Russell es un perro pequeño. Todo parecía ideal. Lo que el criador no le dijo era lo terriblemente activa que es esta raza. Entonces ahora él se daba cuenta de que obviamente el perro hacía todas esas simpáticas monerías en la película porque estaba adiestrado para ello y que nunca se había imaginado lo dinámico que era y la cantidad de horas que debía pasar en la plaza para que el perro liberara toda la energía que tenía, antes de volverlo a encerrar en el departamento por varias horas mientras él trabajaba. 

Entonces, no me parece mala idea, que repasemos una vez más en las cosas que tenemos que tener en cuenta antes de tomar la decisión.

Espacio: necesitás espacio para que puedan convivir en armonía, sin estar chocándose permanentemente. Es injusto meter más de un perro, o uno grande, en un departamento de un ambiente, que el pobre vivirá dándose contra muebles y paredes, simplemente porque su casa “no es de su talle”. A vivienda pequeña, perro pequeño; espacio grande admite perro grande o chico, o más de uno. Un labrador puede ser muy lindo en una foto pero muy infeliz en un departamento pequeño.

Presupuesto: necesitas dinero y estar dispuesto a invertirlo en alimento, vacunas, vitaminas, consultas al veterinario, remedios si se enferma o cuando es viejito, llevarlo a bañar, cortarle las uñas, llevarlo a la peluquería si es de pelo largo, tratamiento antipulgas todos los meses, desparasitación cada 6 meses, comprarle un collar, una chapita de identificación, una correa, recipientes para comida y agua, un cepillo para cepillarle el pelo, shampoo, un almohadón o colchoneta donde dormir, una cucha, si es un perro friolento o vivís en un lugar muy frío tal vez comprarle un abrigo, juguetes para que juegue y no agarre tus cosas, paseador si no lo paseás vos, castrarlo, pensionado si te fueras de viaje y no lo llevaras con vos, tal vez un adiestrador.

Tiempo: el perro no puede estar encerrado día y noche; ni es un mueble que uno entra y sale de la casa y él está ahí sólo para mover la cola cuando llegamos y tirarle un poco de balanceado en el plato. ¿Tenés el tiempo para ocuparte de él o estás dispuesto/a a hacértelo para sacarlo a pasear mínimo 2 veces al día? Si trabajás muchas horas, implica levantarse más temprano para sacarlo y llegar del trabajo/facultad cansado y tener energía para pasearlo y jugar con él. Si vivís solo/a y te fuiste de tu casa a la mañana, no podés quedarte a dormir en la casa de alguien, sin antes haber pasado por tu casa a alimentarlo, sacarlo a pasear y jugar con él un rato; y volver a tu casa a la mañana para repetir la operación.

También necesitás dedicar tiempo a educarlo. Enseñarle a hacer sus necesidades en el lugar correcto, a que puede jugar con sus juguetes pero no con tus cosas, cómo comportarse en tu casa y en la calle o en la plaza, a que venga cuando lo llamás, etc.

Básicamente, todas las relaciones son maravillosas dentro del marco del respeto y requieren una inversión de tiempo y esfuerzo (y a veces también dinero) de ambas partes, para que un vínculo sano entre ambas partes funcione armónicamente y se fortalezca. Esto es así tanto entre amigos, hermanos, padres e hijos (¿alguien se preguntó cuánto dinero han invertido nuestros padres en nosotros?....), pareja y hasta en relaciones comerciales. Las relaciones son vínculos de 2 vías, ambas partes dan y reciben. Siempre hay que hacer concesiones para beneficio del otro. ¿Cuántas veces nos ha dado fiaca ir a visitar a un amigo, pero nos sobreponemos al cansancio y vamos igual porque sabemos que nos necesita? ¡y eso nos hace felices a nosotros! ¿Cuántas veces hemos dejado de comprarnos algo lindo para nosotros, para poder regalarle algo a nuestros padres porque lo necesitan o tienen muchas ganas de tenerlo? ¿Cuánto tiempo dedican los padres a sus hijos postergando cosas que quieren hacer para ellos mismos? ¿A cuántos lugares hemos dejado de ir, sólo para quedarnos a escuchar a un hermano? Estos ejemplos no pretenden, ni remotamente, poner a un perro en el mismo plano que un hermano o un hijo, sino simplemente ahondar, en qué significa que las relaciones deben ser de dos vías. Entonces, si queremos tener una relación con un nuevo compañero canino, debemos tener presente que ellos nos darán ¡mucho! Pero nosotros también tenemos nuestra parte, que es la responsabilidad de darle una buena calidad de vida. Alguna vez tal vez nos toque pasar una noche despiertos vigilando a nuestro perro porque está enfermo, o tendremos que levantarnos 1 hora más temprano todos los días para sacarlo a pasear, entre otras cosas.

Bien, si leíste todo esto, estás dispuesto a comprometerte a hacer todos estos esfuerzos para tener un noble compañero de vida que te llenará de amor y satisfacciones por los próximos 10 años o más, entonces tal vez sea el momento de empezar a pensar, dónde ir a buscarlo. 

1 comentario:

  1. gracias a mis amigos que me cedieron el derecho de uso de imagen de sus perros! :)

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